Hay días que es mejor no levantarse...

Ayer fue un día de esos.
En el trabajo las cosas no fueron bien y estube peleando tooodo el día con un programa que no me funciona. Creia tenerlo solucionado, pero finalmente decidí empezar todo de nuevo y probar con un nuevo enfoque... ¡¡ Una semana de trabajo perdida !!
A la hora de comer todo fue un desastre: se me quemó la comida, la rehice, no me quedo nada bien y se me caian todas las cosas. Para colmo mi casa ha caducado y de una semana a esta parte todo se estropea. No tengo agua caliente, la cisterna está rota, no tengo tele, las bombillas se funden... y todo esto aderezado con la acalorada discusión sentimental de los vecinos: es lo que tienen las casas nuevas, que se escucha todo.
Por la noche voy a cenar fuera y, al salir con prisas, me dejo las llaves dentro de casa... ¡ y mi compañera de piso está en Barcelona en un congreso ! Menos mal que su madre tiene una copia y vive a 5 minutos de nuestra casa. Llegué 20 minutos tarde a la cena.
Hay días que es mejor no levantarse rápido y pensar durante unos instantes en la gente que quieres y te rodea. Ellos hacen que, todos los días, tengan algo para recordad. Gracias a todos con los que hablé ayer por telefono, gracias a la cena y gracias a los que me leen.