El cuento de la cebolla (parte II)
"Y entoces pudo salir de ese lugar donde las penas siempre vuelven a visitarte al caer la noche. Y vio el Sol. Y le pareció mucho más hermoso de lo que había fantaseado al mirar la rendija que le dió fuerzas durante tanto tiempo.
Su nuevo hogar era, sin duda, hermoso. Podía mirar a su alrededor y disfrutar de todos los colores del arcoiris. Esto fue una gran sorpresa para ella, ya que hasta entonces solo conocía el blanco, el negro y toda la gama de grises entre esos dos extremos.
Se acomodó rápido a su nueva situación, aunque con algo de miedo. Por muy precaria que sea nuestra situación la seguridad de lo inevitable siempre nos consuela. El miedo a lo nuevo es solo el último intento de lo antiguo de quedarse con nosotros. Y se sorprendió en su primera noche extrañando su rendija.
Los días pasaron rápido. Su valedor disfrutaba de su compañia y a ella no le faltaba de nada. Creció rápidamente en sabiduría y belleza, y fue feliz.
Pero toda historia tiene un final, y la efímera felicidad es siempre esquiva. Al cabo de poco tiempo, por que el tiempo siempre corre para despedir lo antes posible a las cosas agradables y poder así recuperar su protagonismo; ella empezó a sentirse mal. El intentó todo por salvarla. La cuidó, la escucho, la compredió... hasta que no fue más que un alma llena en un cuerpo vacío.
Ella no se arrepintió de nada en su vida. Había conocido lo malo y lo bueno, lo crudo y lo suave, la oscuridad y la luz, el desdén y la compasión. Los sueños a veces se cumplen. Ésta fue una de esas ocaciones.
FIN"
Bueno, pues con mucho tiempo de diferencia acabo esta hitoria cortita. Esa cebolla creció en mi despensa y bueno, me pareció interesante darle una oportunidad. Hará medio mes la pobre cumplió su ciclo vital y hubo que retirarla de la maceta de mi habitación. Asique nada, valga como interesante homenaje a la vida este relato.
Y hos iré contando que tal le va al nuevo inquilino de la maceta, un limonero (el jodido ya mide 7cm y tiene tres hojitas)
Un saludo, hasta más ver y gracias por leermeeee.
Su nuevo hogar era, sin duda, hermoso. Podía mirar a su alrededor y disfrutar de todos los colores del arcoiris. Esto fue una gran sorpresa para ella, ya que hasta entonces solo conocía el blanco, el negro y toda la gama de grises entre esos dos extremos.
Se acomodó rápido a su nueva situación, aunque con algo de miedo. Por muy precaria que sea nuestra situación la seguridad de lo inevitable siempre nos consuela. El miedo a lo nuevo es solo el último intento de lo antiguo de quedarse con nosotros. Y se sorprendió en su primera noche extrañando su rendija.
Los días pasaron rápido. Su valedor disfrutaba de su compañia y a ella no le faltaba de nada. Creció rápidamente en sabiduría y belleza, y fue feliz.
Pero toda historia tiene un final, y la efímera felicidad es siempre esquiva. Al cabo de poco tiempo, por que el tiempo siempre corre para despedir lo antes posible a las cosas agradables y poder así recuperar su protagonismo; ella empezó a sentirse mal. El intentó todo por salvarla. La cuidó, la escucho, la compredió... hasta que no fue más que un alma llena en un cuerpo vacío.
Ella no se arrepintió de nada en su vida. Había conocido lo malo y lo bueno, lo crudo y lo suave, la oscuridad y la luz, el desdén y la compasión. Los sueños a veces se cumplen. Ésta fue una de esas ocaciones.
FIN"
Bueno, pues con mucho tiempo de diferencia acabo esta hitoria cortita. Esa cebolla creció en mi despensa y bueno, me pareció interesante darle una oportunidad. Hará medio mes la pobre cumplió su ciclo vital y hubo que retirarla de la maceta de mi habitación. Asique nada, valga como interesante homenaje a la vida este relato.
Y hos iré contando que tal le va al nuevo inquilino de la maceta, un limonero (el jodido ya mide 7cm y tiene tres hojitas)
Un saludo, hasta más ver y gracias por leermeeee.
Etiquetas: inspiraciones